Del Lago Enol al Mirador de Ordiales

Lago Enol -Refugio de Vega Redonda -Mirador de Ordiales

La ruta que nos lleva hasta el Mirador de Ordiales, transcurre íntegramente dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa.

Los Picos de Europa son la mayor formación caliza de la Europa Atlántica, pero los Picos son mucho más que paisaje , hay siglos de historia escritos en los pueblos, en los valles, en las iglesias, en las cabañas de los puertos y en sus caminos.

Tras pasar el Real Sitio de Covadonga, subimos por la sinuosa y bella carretera que nos lleva hasta los lagos de Covadonga.

En el collado de les Veleres, tomamos la pista que sale hacia la derecha bordeando el lago Enol.

La pista, nos conduce sin perdida hasta Pandecarmen (1.040 msnm), punto de partida de nuestra ruta.

Junto al pequeño aparcamiento habilitado en Padercamen, se encuentra un panel informativo de la ruta :

Distancia desde Pandecarmen al Mirador de Ordiales (ida y vuelta) : 15,4 Km

Dificultad : Media - Desnivel : 641 metros

Las prohibiciones existentes en ciertas épocas del año para acceder en vehículos privados a los lagos de Covadonga, nos obligaría a comenzar la ruta en Buferrera y no en Pandecarmen, añadiendo por tanto cinco kilómetros más a la ruta, con lo que, es más que necesario informarse antes de comenzar la ruta.
El día está radiante e invita a iniciar la ruta, mientras, observamos los pequeños hayedos existentes en las cotas más bajas de nuestra ruta.


Partimos de Pandecarmen en ligero descenso hacia Vega la Huerta.



Rápidamente la senda se acerca al río Pomperi, dejando a nuestra izquierda el Pozo del Alemán.

Roberto Frassinelli , conocido como “el alemán de Corao”, Cangas de Onís, fue un hombre polifacético dibujante, bibliófilo, anticuario, naturalista, arqueólogo, montañero y cazador, pero sobretodo, fue un gran enamorado de los Picos de Europa.



Tras cruzar el río Pomeperi por un pequeño puente de madera

comenzamos la ascensión por una senda empedrada, que en breve tiempo nos hace ganar altura.

A nuestros pies ya el Pozo del Alemán de Corao, de quien dicen que :

“Durante meses enteros se perdía en los Picos de Europa, llevando por todo ajuar un zurrón con harina de maíz y una lata para tostarlo al fuego de la hierba seca, su carabina y cartuchos.

Vino no bebía, bebía agua en la palma de la mano; carne sólo la del rebeco que abatía con certero disparo de su escopeta y cuya asadura tostaba sobre la misma lata del mismo fuego.

Dormía entre las últimas matas de enebro; se bañaba al amanecer en los solitarios lagos de la montaña y al regresar de la penosa excursión a los Picos, se refrescaba revolcándose desnudo sobre la nieve."



Seguimos el camino hacia arriba acercándonos a la majada de Vega la Piedra.

Si la roca que da nombre a la majada, de lejos parece enorme, de cerca impresiona, pero como las fuerzas todavía están intactas ….

¡ Mira que si se llega a mover ¡

Dejamos atrás Vega la Piedra, la pista comienza a desaparecer para ir convirtiéndose , primero en camino y más tarde en sendero .



Seguimos nuestra marcha hacia el SE, en pocos minutos nos acercamos al Collado la Prida.

Superado el Collado de la Prida, ante nosotros, se abre majestuosa la Vega de Canraso y como telón de fondo, el macizo del Cornión.

El sendero que cruza la amplia vega de Canraso, está señalizado con pequeños jitos de piedras, el sol a estas horas ya comienza a apretar con fuerza y es hora de de hacer una mínima parada, tanto para beber algo, como para contemplar las cumbres que comienzan a aparecer frente a nosotros : Torre Santa Maria de Enol, los Argaos, las Cebolledas, el Requexón ....

Por la Canal de Canraso, donde cruzamos el arroyo de los Vahos, siempre en ascenso,nos dirigimos a la Majada de la Rondiella.



La idílica majada de la Rondiella , situada a 1.380 msnm, nos recibe con sus pequeñas cabañas y sus prados de un intenso verde brillando bajo la luz matinal .

Por su excelente situación, la majada de la Rondiella es un estupendo mirador de muchas de las cimas y cumbres del Macizo Occidental ó del Cornión.

El sendero asciende ahora por la ladera de Cabeza Paré, mientras atrás se van quedando las últimas cabañas de la Rondiella.

Un pequeño esfuerzo más y ya estamos a punto de alcanzar el Collado de la Gamonal a 1.470 msnm.



Superado el último repecho, ya en el Collado de la Gamonal, frente a nosotros nos encontramos con el impresionante circo de cumbres del Cornión y a sus pies el refugio de Vega Redonda, situado en la cabecera del valle que da origen al río Junjumia.

A partir de aquí el paisaje cambia radicalmente, desaparecen los pequeños casquetes de bosques, las vegas y los pastizales que nos habían acompañado desde el principio de la ruta , para dar lugar al reino de las grandes moles rocosas, los jous…



El refugio de Vega Redonda, situado a 1.410 msnm, es el más concurrido del Macizo Central de los Picos de Europa, no en vano es punto de partida para numerosas rutas: Torre Santa María, Requexón, Porru Bolu, Torres de Cebolleda, Los Argaos, la cara N de Peña Santa, etc.

El refugio se compone de 2 edificios, construidos en 1980 para sustituir al antiguo refugio, que todavía se encuentra unos metros más arriba y que era demasiado pequeño y viejo.

Entre los dos edificios, una fuente de la que mana agua fria y cristalina, donde bien se puede hacer acopio de agua para el resto de la ruta.

A estas horas del día, la temperatura ha subido considerablemente, se superan ya los 30 grados y se agradece la sombra que nos brinda el refugio, mientras recuperamos fuerzas para continuar camino.



Reanudamos la marcha hacia Ordiales, tomando el sendero que tras el refugio se desvía hacia la derecha y nos introduce en la Canal de la Cuenye Cerrada.

Ascendemos en zig-zag entre las paredes de la canal , ganando altura rápidamente; apenas corre el aire y la temperatura sube y sube..

La Cuenye desemboca en el collado del Forcau, donde la brisa invita a parar unos minutos y tomarse un pequeño respiro .

Tras pasar el Collado del Forcau el camino se suaviza y la marcha es mucho más cómoda.




El sendero nos va acercando a los Campos de la Torga

Ya no falta mucho para llegar a las camperas de Ordiales, una mirada hacia atrás, al camino recorrido y se comprenden las palabras del Marqués de Villaviciosa : “ en Ordiales, en el reino encantado de los rebecos y las águilas, allí donde…”

Este último tramo se está haciendo duro, más por el calor, asfixiante por momentos, que por la dureza del terreno.

Al final del sendero, las vistas panorámicas son de una belleza inigualable, a nuestra derecha un mar rocoso que llega de uno al otro extremo


Y justo al otro lado , al tomar la última curva : las camperas de Ordiales.

Sólo resta un último esfuerzo , a mitad de la subida se ve el antiguo refugio de ICONA y allí, al fondo, el Mirador de Ordiales.

Tras pasar el refugio , hay que caminar con precaución , sobre todo en días con niebla , ya que hay una gran sima, que por cierto, aunque en otros lugares se pueda leer lo contrario, no está ni señalizada, ni balizada ni mucho menos vallada.

¡ Y por fin , el Mirador de Ordiales ¡

Aquí, en el El Mirador de Ordiales, en la parte más elevada del Valle de Angón, a 1.691 msnm, por deseo propio, se encuentra enterrado el Marques de Villaviciosa, D.Pedro José Pidal y Bernaldo de Quirós.

Pedro José Pidal y Bernaldo de Quirós, fue un hombre polifacético ( político, escritor, diputado, senador, periodista, abogado, etc.), pero sobre todo fue un amante de la naturaleza y un enamorado de los Picos de Europa.

El 5 de agosto de 1904 junto a Gregorio Pérez «El Cainejo», consiguió hacer cumbre en la cima del Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes , convirtiéndose así en los dos primeros escaladores que lo conseguían.

Gracias a su labor política , el 22 de julio de 1918, el que hoy conocemos como Parque Nacional de los Picos de Europa, tuvo el honor de ser el primero en ser declarado Parque nacional de España, recibiendo el nombre de Parque Nacional de la Montaña de Covadonga.

Es difícil describir la sensación que se tiene cuando uno está allí y se asoma al mirador, tranquilidad, sosiego, paz, libertad ……

Las vistas son….., bueno, las imágenes hablan por si solas…

Al fondo Amieva, a nuestros pies, la central hidroeléctrica de la Jocica, .....




Al fondo Peña Ten, Peña Pileñes, el cordal de Ponga, el Tiatordos, .....

Allí sentados , el tiempo parece detenerse , tras de nosotros, grabado en la roca el epitafio que el Marqués de Villaviciosa escribiera como prólogo del libro de Julián Delgado Úbeda, «El Parque Nacional de la Montaña de Covadonga»:

"Enamorado del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, en él desearíamos vivir, morir y reposar eternamente, pero, esto último, en Ordiales, en el reino encantado de los rebecos y las águilas, allí donde conocí la felicidad de los Cielos y de la Tierra, allí donde pasé horas de admiración, emoción, ensueño y transporte inolvidables, allí donde adoré a Dios en sus obras como Supremo Artífice, allí donde la Naturaleza se me apareció verdaderamente como un templo."

Observando a un lado el Macizo del Cornión.....





Y al frente las praderías de Ordiales, el Pico Cotalba ........

Cuesta marchar de un lugar tan entrañable y de tan singular belleza, pero es hora de comenzar el descenso, el viento, fuerte y gélido , que sopla aquí arriba nos ayuda a abandonar el mirador y descender hasta el refugio para comer.

Mientras comemos al abrigo del viento , nos recreamos la vista con el Pico Cotalba (2.028 msnm). Justo por detrás del refugio parte un sendero zigzagueante que va tomando altura y que lleva hasta su cima .

Antes de abandonar Ordiales , el único momento negativo del día, el mal estado del interior del refugio (abierto, pero sin guarda).

La imagen sólo es un pequeño ejemplo de la situación en que se encuentra, ya que otras no merece la pena ni enseñarlas, no es que hubiera latas, basuras, etc, que haberlas las había, es que “algún animal de dos patas”, lo había utilizado como si fuera un water publico.

Comenzamos el regreso , sin prisa, disfrutando si aún cabe más, de las maravillosas y espléndidas vistas, de lo que lo hicimos en la subida .

Rehacemos el camino andado, descendiendo hacia los Campos de la Torga …….

Temperatura agradable, en descenso, satisfacción por haber llegado arriba….



¿Puede el hombre con sus manos superar la belleza esculpida durante siglos por la fuerza erosiva del viento y el agua sobre las rocas?

El descenso se hace rápido y antes de que nos demos cuenta ya estamos en la Cuenye

Y a nuestra vista de nuevo, en mitad de la nada, rodeado de la masa rocosa que conforman los Picos, el refugio de Vega Redonda .



Ya en el Collado de la Gamonal, imposible no detenerse para mirar hacia atrás

¡ No hubo manera ¡ Bajo ningún concepto se quiso venir con nosotros para casa

El Cornión bajo la luz del atardecer

Al subir no nos habíamos fijado , ahora tras bajar la Collada de Prida si, alguien se subió sobre la roca para colocar un jito .

Si en el ascenso habíamos rodeado por su parte superior Vega la Piedra, ahora al descender atravesamos por mitad de la majada, en donde se pueden encontrar cabañas tan curiosas como ésta :

La ruta va llegando a su fin , dejamos Vega la Piedra y en breves minutos , tras cruzar el río
Pomperi , nos acercamos hasta la fuente del Pozo del Alemán .

Y para dar por finalizada la ruta una imagen

Y unas pequeñas estrofas que el viento nos susurró al oído en Ordiales.

De los Picos d’Europa traigo cantares

Patrimoniu del vientu d’estos llugares

De los Picos d’Europa quiero enseñate

a ser igual qu’el vientu de les montañes.

Dende lo alto los Picos vense dos mares

les agües son azules les ñubes blanques.

Déxame tiempu pa recordate

que nos Picos d’Europa nun hai tres partes

nin tenemos más patria qu’estes montañes

nin más fronteres que les del aire.

(Anabel Santiago)

Ya descendiendo de lagos a Covadonga, una última parada y una última imagen desde el Mirador de la Reina.

"Caminando por Asturias, Caminando por el Paraíso "