El Bricial , el tercero de los lagos de Covadonga
A las once comienza a parar de llover y da paso a un tímido sol que hace que la niebla comience a levantarse, así que nos vamos a recoger las mochilas al coche, ya que esta activado el Plan de acceso a los lagos y solo se puede subir en los autobuses que lo tienen permitido.
Aquí arriba luce el sol, pero da la sensación de que no va a aguantar mucho , la climatología en Picos de Europa cambia radicalmente, en días como el de hoy , es corriente que aparezca la niebla y contando la hora que es, no es plan de arriesgarse a perderse o tener un percance.
Ella, lucía un modelito compuesto por : la parte superior de un bikini, una minifalda, alpargatas de tela y un salakov, el típico sombrero que solían utilizar los exploradores británicos a finales del siglo XIX y una bolsa de la compra con una botella de agua .
Él, camiseta, bañador, zapatillas de deporte, y una bolsa de bandolera cortesía de una línea aérea.
Tras los saludods de rigor cuando nos cruzamos, nos preguntaron si faltaba mucho para llegar a Vegarredonda, en principio creíamos que estaban confundiendo los nombres, Vegarredonda por Vega de Ario, pero no, en realidad lo que habían confundido era la ruta, ya que pretendían subir hasta el Mirador de Ordiales.
Tras las risas recordando la anécdota, optamos por hacer una pequeña ruta, que nos llevaria desde el lago Ercina al Enol , pasando por el llamado tercer lago de Covadonga, el lago o laguna de la Bricial.
El Bricial , recoge el agua de lluvias y deshielos, aparece y desaparece durante meses e incluso años, temiéndose en ocasiones que no vuelva a aparecer.
Comenzamos la ruta en Vega la Tieste, bordeando el Lago Ercina, por su margen occidental por un marcado sendero o por el oriental recorriendo los prados que rodean el lago.
Optando por esta última opción, en breve, vemos como a nuestra izquierda sale un sendero que parte hacia Vega de Ario, y a nuestra derecha al otro lado del lago , bajo el pico Mosquital una cabaña y tras ella una cueva.
Tras rodear el lago, tomamos un sendero marcado y señalizado, que asciende junto a la falda del pico Mosquital, una pequeña subida que en breve nos lleva a la majada de las Reblagas.
Nunca esta de más consultar el mapa, pero menudo día tenia nuestro pequeño guia, entre esperar que miro el mapa, ahora la brújula …
Continuamos el camino por un sendero que sale hacia la derecha y en pocos minutos, sin mayor esfuerzo, tenemos ya a la vista la majada del Bricial y la laguna.
Según relatan los ancianos del lugar, antiguamente esta vega era un lago , el tercero de los lagos de Covadonga.
Hoy en día, solo tras fuertes tormentas o en épocas de deshielo cuando el Bricial es alimentado por una espectacular cascada, llamada la Meana , tiene agua.
Dejamos atrás la laguna del Bricial, en suave descenso y con precaución, por lo resbaladizo de las rocas, ya que están húmedas de la lluvia de las primeras horas de la mañana, nos encaminamos siguiendo las marcas blancas y amarillas, hacia el bosque que cubre el monte Palomberu.
Cruzamos el bosque de Palomberu, entre hayas y rocas cubiertas de musgo y líquenes, aprovechando un claro al final del bosque para hacer una parada y comer algo.
Tras la corta parada, seguimos la marcha y en unos minutos salimos a la Vega de Enol.El camino se nos hizo muy corto, nos apetece alargar un poco más la ruta y a pesar de que en esa dirección el cielo comienza a teñirse de un amenazador gris negruzco, decidimos ir hasta el Mirador del Rey.
Algunas nubes bajas comienzan a cubrir los picos, mientras a nuestro frente la negrura cada vez es mayor .
Continuamos por la amplia pista, dejamos atrás la bifurcación que lleva a Pandecarmen, desde donde hoy, nosotros teníamos que haber partido hacia el Mirador de Ordiales. ¡Otra vez será!
Llegamos al Mirador del Rey, a sus pies el frondoso el Bosque de Pome, y justo enfrente :
La tormenta que se avecina es de las “buenas”, el viento ha cambiado y la temperatura comienza a descender , es hora de tomar un par más de fotografias y dar la vuelta rápidamente.
La niebla se suma a la “fiesta” y comienza a correr a ambos costados de la pista mientras regresamos.
Con niebla o sin ella, con sol o sin sol , sea como sea , el paisaje es un fiel reflejo de la belleza de esta tierra.
No hubo tiempo para más El Nuberu, personaje mitológico astur, que controla el tiempo a su voluntad y se divierte provocando tormentas y no duda en utilizar los rayos como armas si es ofendido o atacado, debía de estar muy enfadado, ya que dejo caer sobre quienes allí estábamos un mar de rayos, truenos, niebla y granizo.
1 comentarios:
Me pasaré de vez en cuando a darme un paseo por este precioso blog.
Enhorabuena.
Un saludo.
Dani.
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