Ruta del Cares
Desde el principio al final de la ruta, las vistas son tan bellas como impresionantes, altas cumbres, el río deslizándose entre inmensas paredes verticales, todo un regalo para la vista y el recuerdo.
En el camino hacia Caín, nos encontramos con el mirador del Tombo, coronado por una estatua de la especie más representativa y tradicional símbolo de los Picos de Europa, el rebeco.
Un poco más a adelante se llega a la Ermita de Corona , lugar donde según la tradición, Pelayo fue coronado Rey.
Frente a la ermita de la Corona nos encontramos con el chorco de los lobos , una ancestral trampa que sirvió durante siglos para dar caza al enemigo número uno de los ganaderos, el lobo.
Se trata de una estructura circular de piedra, situada en la zona baja de la ladera y unida al vértice que forman dos empalizadas en forma de V que ascienden ladera arriba.
Esta trampa se utilizó desde hace unos quinientos años, que se tenga constancia por escrito, siendo empleada por última vez a mediados de los años cincuenta del pasado siglo.
Por una estrecha carretera nos acercamos a Caín, antiguo pueblo de pastores, famosos por su habilidad para trepar por las verticales paredes de los Picos de Europa.
En Caín , aprovechamos para hacer una pequeña parada y comer.
Con vistas como ésta , es difícil levantarse y continuar camino.
El cauce del río cares se estrecha y las paredes de los grandes macizos rocosos también. La senda original fue abierta a primeros del siglo XX por Eléctrica del Riesgo, para la construcción del canal que aporta agua a la central hidroeléctrica de Poncebos.
Antes de que se realizara esta obra, el recorrido por esta garganta, tan abrupta como bella, podría reflejarse perfectamente con las palabras de Casiano del Prado, ingeniero de minas, geólogo y podríamos decir que uno de los primeros exploradores de los Picos de Europa : “el río entra más abajo en una estrecha canal de paredes verticales por donde solo un pájaro pudiese pasar."
Atravesamos una serie de túneles excavados en la roca .
Al comienzo vamos paralelos al cauce del río
Más adelante , en algunos tramos, el desnivel entre ambos llega a ser impresionante , hasta 800 metros sobre el río.
Por el puente de los Rebecos, a gran altura , cruzamos al otro lado de la garganta .
La belleza de la garganta impresiona en todo momento.
Entre túneles y puentes como del de Bolín seguimos nuestro camino, alternando una y otra orilla del rìo ,que se desliza cientos de metros por debajo de nuestros pies .
A uno y otro lado de la garganta ,iremos pasando junto canales que suben vertiginosamente , como la de Trea que asciende hasta la Vega de Ario, la canal Extremero, la Raiz, etc.
La senda va alternando entre una y otra orilla y ahora nos acercamos al límite entre León y Asturias, entre Valdeón y Cabrales.
Un mirada hacia atrás nos da una perspectiva de la obra realizada, gracias a la cual hoy podemos caminar por esta senda.
Cientos de metros por debajo nuestro, la antigua senda que unía Poncebos con Caín, un viejo puente, permite el paso de uno a otro lado del cauce del Cares.
Un último túnel, la belleza de los paisajes que se ofrecen, obliga a que las paradas sean frecuentes, los paredones rocosos se cierran hasta casi tocarse o se abren hacia el cielo y el abismo.
La garganta se ensancha, y nos acercamos ya al murallón de Amuesa, con sus paredes verticales de más de 1.300 metros de desnivel .
Una vez arriba, en los Collados, sólo nos queda un descenso por un estrecho sendero, que en poco tiempo nos deja en Poncebos, punto final de nuestra ruta.
3 comentarios:
si ya las fotografias son impresionantes, verlo en directo tiene que ser...
Algun dia sin duda tendremos que ir a verlo
estoy planeando una escapadita esta primavera para visitar el cares... ¡¡tengo muchas ganas!! debe de ser algo impresionante...
Es una maravilla de ruta como lo es el reportaje expuesto en fotos y en la redacción de la ruta, con detalles que pocos conocen, salvo los verdaderos montañeros y senderistas.
Un saludín
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