Conocer este pequeño espacio de tierra llamado Asturias, es el objetivo con el que nace Semeyas de Asturias.

Escarpadas y abruptas montañas, frondosos bosques, rios, arroyos, cascadas, acantilados, playas y recónditas calas, configuran esta ancestral tierra de belleza indescriptible.

Conociendo, disfrutando, divulgando y colaborando en la medida de nuestras posibilidades, en la protección de sus espacios naturales, su flora y su fauna salvaje, contribuiremos a que generaciones posteriores, disfruten de esta tierra mágica, de este Paraíso Natural, que es Asturias.

Asturias, es en muchos casos el último refugio para muchas especies que caminan hacia la extinción.

Nuestra conducta cuando nos internemos en sus bosques, en la montaña no ha de ir encaminada solo hacia nuestro propio disfrute, sino a colaborar en defender la supervivencia de todos los seres vivos que comparten este espacio con nosotros.

Osos pardos, lobos, zorros, ciervos, rebecos, corzos, gamos, nutrias, etc. etc. , su existencia depende de como nos comportemos.

Solamente si respetamos sus costumbres, su hábitat natural, solamente así, tal vez mañana en la cumbre de una montaña, en un claro de un bosque podamos en compañía de nuestros hijos o de nuestros compañeros de ruta, mientras comemos un bocadillo, observarlos en todo su esplendor y compartir con ellos un momento único y mágico.



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sábado, 26 de septiembre de 2009

Bosque de Peloño

Les Bedules - Collada Granceno - Bosque de Peloño

La ruta de hoy, nos lleva a visitar “la joya de la corona” de los bosques del Parque Natural de Ponga, el Bosque de Peloño.

El Parque Natural de Ponga, tiene una extensión de 23.533 hectáreas, todas ellas dentro del concejo de Ponga, sus límites alcanzan los concejos de Amieva, Piloña, Parres, Caso y la vecina provincia de León.

La Reserva Natural Parcial de Peloño , incluida dentro del ámbito de protección del Parque Natural de Ponga, alcanza una extensión de más de quince kilómetros cuadrados, está rodeada de grandes cumbres como : el Sen de los Mulos (1.505 msnm), el Rasu (1.613 msnm), Collau el Zorru (1.841 msnm), Peña Pileñes (2.012 msnm), Peña Ten (2.142 msnm) y surcada por innumerables arroyos y barrancos.

En su interior , un inmenso y salvaje bosque, donde más de doscientas mil hayas conviven con robles , acebos, etc…, dando refugio a corzos, jabalíes, lobos o especies en peligro de extinción como el oso pardo cantábrico y el urogallo.

El acceso al punto de partida , se realiza desde San Juan de Beleño, capital del Concejo de Ponga.


A pesar de ser Ponga uno de los concejos más abruptos de todo el Principado de Asturias ya estaba habitado en la Edad del Bronce, por ello su capital, Beleño, debe su nombre a sus antiguos pobladores, adoradores del sol , al que llamaban Belennus .

Las vistas sobre el Tiatordos desde San Juan de Beleño y más en una mañana como ésta, clara y despejada son impresionantes.



Tomando la carretera PO-2 en dirección a Viego / Puente Vidosa, a unos dos kilómetros de San Juan de Beleño , en el lugar conocido por el Cabañón, se encuentra la primera de las dos opciones que tenemos para acceder al punto de partida de la ruta, la segunda, está situada aproximadamente un kilómetro más arriba, en el Collado LLomena.
Desde el Cabañón, una estrecha pista encementada, que sale en fuerte ascenso hacia la derecha, nos permite, subiendo con precaución, llegar con el coche hasta el Collado de Les Bedules.
Si nos decidimos por la segunda opción, desde el Cabañón debemos de continuar por la carretera hasta llegar a Collada Llomena, allí podemos dejar nuestro vehículo en una pequeña explanada situada a la izquierda de la carretera, donde hay un panel indicador de la ruta del pico Pierzu.

En el otro margen de la carretera, está situado un panel informativo de la PR.AS-181, la ruta de la Foz de los Andamios y la pista de tierra que nos llevará hasta Les Bedules.

Desde la collada de Les Bedules situada a 1.083 msnm, observamos como poco a poco, van desapareciendo los últimos restos de las nieblas matinales.

En primer plano Peña Salón, al fondo los Picos de Europa.



Existe una pasarela de madera de reciente creación, que llega hasta un nuevo mirador situado unos quinientos metros más alla, sobre el Valle de Viego y justo enfrente de Peña Salón, que merece la pena visitar, ya que Les Bedules , es una estupenda atalaya desde donde se disfrutan de magníficas vistas panorámicas sobre : los Picos de Europa, el Pierzu, Colláu el Zorro, el Tiatordos, Maciedome, etc...

Dejamos para el regreso la visita al mirador y comenzamos nuestra marcha , el día está precioso y la temperatura, a estas tempranas horas, se corresponde más con la que se pudiera tener en primavera o el verano, que en el otoño.



No todo son hayas, robles o acebos en Peloño, casi no habiamos “dado dos pasos”, cuando a nuestro paso, nos saluda este Serbal Silvestre.


La ancha pista que en ascenso sale de Les Bedules , en dirección al Bosque de Peloño , en otros tiempos fue llamada la Senda de la Sal.
Esta pista, está construida sobre la antigua calzada, (posiblemente de origen romano), que enlazaba la leonesa comarca de Riaño con Cangas de Onís y que durante mucho tiempo sirvió de ruta comercial entre una y otra región.


Entre los claros , al fondo , siempre omnipresentes, presidiendo este majestuoso paisaje pongueto , los Picos de Europa.

La pista es ancha y cómoda , los desniveles tanto de subida como de bajada son mínimos, asequibles; los márgenes poco a poco comienzan a cubrirse de una vegetación cada vez más exuberante , estamos entrando en el reino del Busgosu, el Señor de los bosques.




El Busgosu , dueño y señor de los bosques astures, protector de la flora y la fauna , seguro que nos observa desde lo más profundo del bosque. Su presencia, tranquiliza a pastores y montañeros , aunque cazadores y leñadores han de temerlo.

Él es el protector de todo aquel que se adentre con buenas intenciones en sus dominios , pero hay de aquel que haga daño a la naturaleza que nos rodea , pues lo asustará hasta hacerlo caer por un barranco.



Entre hayas y robles continuamos el camino hasta llegar a una bifurcación en el camino, el lugar conocido como la Biforcadera.

Desde aquí sale una marcada pista a la derecha, hacia la majada de Les LLampes, situada a los pies de Collau el Zorro, nosotros continuamos por la pista por la que veníamos y que nos llevará hasta la Collada Granceno.

A un lado, enmascarados por la tupida vegetación que los cubre, pequeños arroyos salpican la senda y continúan su inexorable camino bosque abajo.



Al otro lado, bosque y más bosque, hasta que comienzan a aflorar una tras otra las cumbres.


A la entrada de Collada Granceno hay una fuente y una cabaña, un poco más adelante nos encontramos con una señal indicadora de la PR.AS-181, la ruta de la Foz de los Andamios.

La ruta de la Foz de los Andamios como vimos antes, tiene su punto de partida en Collada Llomena y tras pasar por la pequeña aldea de Viboli , finaliza en Puente Güeria, a los pies del río Sella.

La pequeña aldea de Vibolí , atesora un patrimonio etnográfico de un gran valor, varios de los llamados hórreos Beyuscos, de los que apenas quedan en pie una veintena en toda Asturias.




Merece la pena pararse unos minutos en la collada ya que constituye un auténtico mirardor natural , dándonos la posibilidad de contemplar con tranquilidad las cumbres que nos rodean.

Peña Salón


Pico el Rasu


Collau el Zorru


Peña Ten y Peña Pileñes


Al frente , la pista continúa su rumbo , ahora en descenso , atravesando este paraje lleno de vida y magia , cruzando uno de los hayedos mejor conservados no sólo de Asturias, sino de toda España.


Durante nuestro caminar, nos sorprende el molesto ruido de alguna motosierra, que rompe por unos instantes la mágica sensación que nos rodea desde que nos pusimos en marcha .

La Reserva Natural Parcial de Peloño , se integra el Monte de Utilidad Pública número 119, propiedad en su mayor parte de los ponguetos pueblos de San Juan, Casielles, San Ignacio y Viego .

Estos hayedos de Peloño, han sido explotados desde antiguo, aunque hoy en día el aprovechamiento maderero de este bosque, está absolutamente regulado por un Plan de Ordenación Forestal.





Un poco más adelante , a la izquierda del camino se encuentra el llamado Roblón de Bustiellos.
Al borde del camino, hay una pequeña señal indicadora de su situación , pero debemos de ir atentos ya que esta prácticamente oculta por los helechos.
Dejamos la pista y nos adentramos en el interior del bosque por un pequeño sendero que en otros tiempos llevaba a las de cabañas de Bustiango.


El sendero se va abriendo paso entre el bosque , tras atravesar un claro rodeado de grandes helechos, se interna en un bosque cada vez más tupido y el desnivel se hace un poco más pronunciado



el sendero cada vez es menos claro, pero en muy poco tiempo tenemos ante nosotros el impresionante Roblón de Bustiellos.






Conocido también con el nombre del Roblón de Figares, ya que así se llama el monte donde está situado, el tronco de este espectacular roble tiene 9 metros de diámetro y 30 de alto.

En mitad del frondoso bosque, rodeado de altas hayas, por muchos encuadres que busques con la cámara, eres incapaz de poder sacar una imagen que abarque desde su base hasta su copa,.


Las imágenes no reflejan con exactitud la magnitud de este roble, pero un simple cálculo mental , nos daría que aproximadamente alcanza la altura de un noveno o décimo piso de cualquiera de los edificios donde vivimos.


Tal vez el Roblón de Bustiellos no tenga el renombre, la fama y el reconocimiento institucional de otros centenarios árboles asturianos.


Pero al igual que los carbayones de Lavandera (Gijón) y el de Valentín (Tineo), el roble de Bermiego (Quirós), o los texos de de Bermiego (Quirós), del de Lago (Allande), el de Salas (Salas) o el de Santa Coloma (Allande), este majestuoso roble, lleva anclado a estas tierras cientos de años, ha sido, es y será, testigo de la historia de nuestra tierra.





Regresamos por el mismo sendero a la pista, que continúa su sinuoso rumbo en dirección al Arcenorio, por la ladera encima de la cual, se levantan los picos Luengu, Collau Zorro y Pileñes.

Un poco más adelante, y tras una curva, alcanzamos el lugar conocido como La Palanca, en esta bifurcación, seguiremos por la pista por la que venimos , obviando el desvío a la izquierda que se adentra en el bosque en dirección al Castiellu.

Transitamos ya por el corazón de la Reserva de Peloño, aunque aún es pronto para que el bosque esté cubierto en toda su extensión, con la calidez de los suaves matices del otoño, ya nos brinda imágenes de una plástica bellísima, delante de los cuales es imposible pasar sin pararse a contemplarlos.

Continuando el descenso, en breve, llegamos al puente que cruza el arroyo Ñaceru.



Las hayas, alineadas una tras otra a ambos lados del camino, se elevan hacia el cielo y sus copas se van cerrando formando una inmensa bóveda natural.



Dejando a la derecha la pradera de Busperi, el camino prosigue hasta el lugar de Los Peruyales.



Los Picos de Europa al fondo , con el teleobjetivo, se puede ver como comienzan a aparece alguna que otra mancha de niebla.


A partir de aquí , puede optarse por regresar a Collado Granceno o si se tiene tiempo y fuerzas continuar a adelante.

En este último caso, seguiremos por la pista que en suave ascenso nos llevará hasta la Collada de Guaranga (1.370msnm), para luego en descenso encaminarse y vadear el arroyo Ruaguín; una vez cruzado éste, se sigue por un sendero poco visible , remontando un último repecho hasta alcanzar la Llana del Arcenoriu, de allí a la Ermita del Arenoriu.


Al contrario que en otras ocasiones , en que regresar por el mismo camino se convierte en algo tedioso, en este caso no es así , la luz de la tarde envuelve este emblemático bosque llenándolo de nuevos matices para el recreo y disfrute de quien lo transita.


En ocasiones el bosque es tan tupido que apenas penetra la luz



La niebla comienza a hacer su aparición sobre la cima de las cumbres más cercanas.


Poco a poco la tarde se va echando encima, la intensidad de la luz baja y ya sólo alcanza a las copas de los árboles más altos.






Ya estamos a punto de llegar de nuevo a la Collada Granceno, el hayedo se salpica con ejemplares de otras especies como este Serbal Silvestre.


Entre sombras y con la temperatura bajando rápidamente nos recibe Collada Granceno


Apetece quedarse más tiempo para recrearse en el paisaje y aprovechar los últimos rayos de sol que se cuelan entre las nubes , pero la niebla parece que al final nos va a obligar a caminar más rápido de lo que desearíamos.



Si a nuestra derecha la niebla ya cubrió completamente los Picos de Europa, ahora comienzan a desaparecer las cumbres más cercanas y está entrando a gran velocidad por la ladera que llevamos a nuestra izquierda.



En muy pocos minutos estamos ya envueltos en una intensa niebla que cada vez va a más, es hora de acelerar el paso , no por la pista por la que vamos que no tiene pérdida alguna, pero si porque tenemos el coche en Les Bedules y la pista que baja hasta el Cabañón no es para bajarla sin visibilidad.



Aquí termina esta ruta por el que está considerado, el hayedo mejor conservado de toda la península ibérica.

Cuando lo visites no olvides que :

A lo largo del tiempo los lugareños, el ganado doméstico y la fauna salvaje han convivido en Peloño en armonía con el bosque y habrá de ser ese equilibrio el que garantice el futuro de una de las masas arbóreas más bellas, atractivas y sorprendentes del sur de Europa.


"Caminando por Asturias, Caminando por el Paraíso "

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